Mundo Flotante
Swinton Gallery
Madrid, 2017

Para la cultura japonesa, la paz y la armonía están asociadas al equilibrio, cualidades a su vez que son fiel reflejo de su concepto de belleza.
La obra de Carlos Spogo tiene un evidente sentido introspectivo y de interrelación con el espacio. Investiga el entorno , para dar con las huellas y las cicatrices propias de cada lugar, que posteriormente interpreta en los muros, adaptándose al formato y situándose de manera orgánica en conjunto con el contexto que rodea la obra.
Esto pone de manifiesto el carácter sincrético de su trabajo, así como el valor otorgado a la naturalidad, al carácter efímero de las cosas, así como el sentido emocional que el artista establece con su entorno para expresarlo en su obra.
Esa experiencia interpretativa en la calle, es la base de su trabajo de estudio. Así, Mundo Flotante analiza la figura representada en los grabados clásicos japoneses de paisajes y de vida en la ciudad, que va deconstruyendo en su obra hasta dejar la esencia de la recta y la curva como elementos principales. De esta forma, consigue el objetivo de capturar los matices tradicionales de la disposición espacial, la armonía del color y el lirismo japonés.
La simplicidad y la naturalidad son esenciales en el trabajo de Carlos Spogo, que se basan en una armonía que otorga a cada una de sus piezas un carácter trascendental, como reflejo de algo más elevado que queda tan sólo esbozado, sugerido, siendo posteriormente interpretado por el espectador.
Un delicado equilibrio de formas, colores, texturas y profundidades visuales, que el artista ordena para representar un contenido temático y una estética visual única.









Fotografía y texto: Swinton Gallery